Sueños de cine

Por años soñé con hacer cine. Aunque escribir era mi pasión, no era suficiente.  Quería expresar mis ideas en imágenes también. Tomé una clase de fotografía. Luego volví a la universidad para sacar una maestría en cine.

SUEÑOS DE CINE

Por años soñé con hacer cine. Aunque escribir era mi pasión, no era suficiente.  Quería expresar mis ideas en imágenes también. Tomé una clase de fotografía. Luego volví a la universidad para sacar una maestría en cine.

Mi primer trabajo luego de obtener mi título de maestría en cine fue en la escuela The Rose School for Emotionally Disturbed Children, una escuela dedicada a niños con traumas emocionales. Fue un gran trabajo. Tenía el deleite de filmar niños todos los santos días. No hay nada más bello que ver a un niño o niña en cámara. Son todos lindos. Más tarde, trabajaría dirigiendo a niños actores, lo que es maravilloso.

Mientras trabajaba en Rose escribí un libreto cinematográfico llamado Lily con Abraham Pulido, un compañero venezolanoy lo entramos en un concurso y ganamos el primer premio. El resultado fue que el libreto se usó para la producción de una película de largometraje del mismo nombre que, una vez producida, fue nombrada la mejor película venezolana de ese año. Se mostró en todos los cines del país.

Enseguida trabajé para el Departamento de Televisión del gobierno norteamericano. En ese tiempo se llamaba Agencia de Información de los Estados Unidos. Ahora han trasladado las funciones de USIA al Departamento de Estado.

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En USIA trabajé de reportera en cámara y productora televisiva para un programa diario llamado América Today (América Hoy), que se transmitía en inglés desde Washington a 44 países. Me enseñó a trabajar rápido. Tomar decisiones casi instantáneas. Escribir para visuales en vez de al revés. A usar palabras cortas y frases aún más cortas. Me tocó cubrir a menudo la Casa Blanca y Capitolio. Escribí muchos guiones para transmisión internacional.

Durante ese período también trabajé de anfitriona de un programa de magazine de media hora que se llamaba Revista, en el canal WETA-TV (ABC local) en Washington. Estaba dirigido a la comunidad latina. Entrevistaba 15 minutos a alguien en inglés y luego otros 15 en español. Mis invitados eran políticos, artistas, directores corporativos, oficiales de gobierno y líderes de la comunidad latina, dependiendo de quién hacía noticias esa semana.

Luego, entré a trabajar de reportera en cámara para Univisión, la cadena televisiva hispano-parlante. Cubrí noticias del día y reportajes para el noticiero nacional de las 6 de la tarde. Diariamente hacía presentaciones en cámara desde la Casa Blanca y el Capitolio.

Me encantaba el ritmo, el glamour, y el duro trabajo de cubrir noticias de último momento. Pero después de un tiempo comencé a sentir mucha inquietud. Sentía la picazón por crear programas más largos, hacer perfiles humanos, crear imágenes duraderas. Al cubrir las noticias de último momento tenía que correr y correr. Necesitaba tomar una pausa para respirar. Quería pensar con calma qué quería hacer con respecto a mi carrera.

Entonces, formé una empresa de producción, Accent Media Productions. Mi esposo se convirtió en mi socio. Crearíamos programas bilingües, originales, dirigidos a la creciente comunidad latina de los Estados Unidos.

Desde entonces, hemos producido cientos de programas, muchos de los cuales han salido al aire en Estados Unidos, Latinoamérica y otros países del mundo. Yo he escrito, dirigido y producido muchos documentales independientes de una hora o más, que han salido al aire en la cadena PBS, ABC-Australia y Canal Plus en Francia.