Mi investigación
Mis viajes a través de los años por muchos países de Latinoamérica me han dado la oportunidad de conocer a gente de diversos orígenes y costumbres, entregándome un rico material para la novela. Mis visitas a México, sobre todo, me fueron muy valiosos.
MI INVESTIGACIÓN MEXICANA
Mis viajes a través de los años por muchos países de Latinoamérica me han dado la oportunidad de conocer a gente de diversos orígenes y costumbres, entregándome un rico material para la novela. Mis visitas a México, sobre todo, me fueron muy valiosos.
En uno de estos recorridos tuve el gran honor de ser la madrina en la boda de una muy buena amiga. Ella es de Quesería, y así conocí a su familia y a muchos queserinos. Me empapé del ambiente, probé la rica comida, y dejé en el pueblo lo que considero buenas amistades. Al ayudarle a ella a preparar su boda además, aprendí mucho sobre los ritos matrimoniales en esa zona del país.
En otro viaje acompañé a mis parientes mexicanos en una gira por Michoacán para la celebración del Día de Muertos (Día de los Muertos, se dice en algunos lugares). Me maravillé con las catrinas, saboreé el rico pan de muertos y calaveritas de azúcar, y me enteré de importantes símbolos relacionados con esas fiestas. Lo más emocionante fue pasar la noche al pie de las tumbas en el panteón, acompañando a una familia local que conmemoraba las muerte de sus ancestros queridos.
En el viaje pudo apreciar la importancia que se le da a Nuestra Señora de Guadalupe. Al visitar su basílica en Ciudad de México, escuchar la bella historia de su aparición y ver desfilar a sus devotos, me di cuenta que realmente se le venera, lo que además queda claro cuando uno ve que en todas las instituciones del país, incluyendo escuelas, bancos y negocios, está su retrato colocado en un lugar prominente.
Yo nací en Chile y fui criada por padres chilenos. Los latinos de diferentes países de las Américas compartimos el mismo idioma, costumbres y valores. Por ejemplo, damos suma importancia a los lazos de familia y consideramos que ese valor es más importante que otros. Nos da fuerza como cultura. También compartimos maneras de interactuar en la sociedad, y de reaccionar frente a emociones como el amor, la felicidad, el odio y el miedo.
Pero si bien los habitantes de los países latinoamericanos compartimos muchas cosas aparte del idioma, también hay importantes diferencias entre nosotros.
Sucede algo parecido con los latinos que vivimos en Estados Unidos. Hablamos el mismo idioma con algunas diferencias de acento y expresiones. Pero cargamos con nuestras diferencias. Sólo que aquí ha emergido una nueva cultura en que no somos ya ni de aquí ni de allá. Somos una combinación de todo lo que somos. Somos latinos norteamericanos.
Con Sacrificio en la frontera el desafío fue abrirse a las igualdades y a las diferencias y crear una historia de interés para quienes viven en Latinoamérica, para los que residen en Estados Unidos, y que además sea de interés para la gran mayoría de otros habitantes de este país.
INVESTIGACION DE LA VIDA ENTERA
Todas las experiencias de mi vida han contribuido a la creación de Sacrificio en la frontera.
El escribir reportajes para revistas aprendí a observar a la gente y los lugares. Crear retratos personales de artistas, científicos, políticos y celebridades me enseñó a perfeccionar el arte de la entrevista, y a conseguir que las personas me abrieran sus corazones. Escuchar historias de tristeza, alegría, coraje y júbilo me enseñó sobre la vida.
Al escribir libretos cinematográficos desarrollé la capacidad para crear tramas y personajes. Y trabajar con miembros de la la comunidad latina en Estados Unidos, me dio la oportunidad de conocer nuestras fuerzas y desafíos como grupo cultural.
Hubo un proyecto en especial que me enseñó mucho.
LA CAMPAÑA “LA FAMILIA UNIDA” PARA LA IGLESIA CATÓLICA
La iglesia católica de los Estados Unidos me contrató para crear una campaña dirigida a la comunidad hispana del país, con el propósito de tocar el tema de sus desafíos y al mismo tiempo transmitirle un mensaje de amor y esperanza.
El primer día me pasaron un fajo de documentos que resumía los resultados de una investigación realizada a través de un año. En ésta se le había preguntado a inmigrantes en todo el país sobre su vida y sus sueños.
Se me dijo que usara esta investigación como base para la campaña.
Fue lo que hice. Se llamó la campaña La familia unida, esperanza en la vida.
Debía incluir los desafíos que enfrentan los inmigrantes, incluyendo la violencia doméstica y de pandillas, la discriminación y el racismo entre otros. Y debía dar esperanza.
Decidí crear una serie de 50 guiones dramáticos que luego produje y dirigí para la televisión. Las historias fueron protagonizadas por actores latinos. Fue una experiencia maravillosa escribir historias de ficción para luego verlas representadas por talento latino. Me dio la oportunidad de probar las historias, y sobre todo, los diálogos.
Las historias tuvieron éxito. Una vez que comenzaron a salir al aire, los canales televisivos como Univisión y Telemundo comenzaron a recibir llamadas del público alabando las historias y comentando los temas.
La campaña programada para un año se extendió a diez. Y salió al aire no sólo en Estados Unidos sino también en 23 países latinoamericanos, transmitida por la cadena CNN en español. Los guiones a través de diez años ganaron más de 60 galardones en festivales internacionales.
Pero lo mejor de esta campaña fue mi contacto con cientos de inmigrantes, tanto los recién llegado como los que han vivido en Estados Unidos por un largo tiempo o por generaciones. Eran de todas las edades. Algunas personas contaban historias tristes y amargas Otros felices e iluminadas. Me relataron cómo había llegado, por que habían cruzado la frontera, qué experiencias habían tenido al cruzar.
Las cientos de personas que entrevisté están de alguna manera representadas en la trama de mi novela y en sus personajes. Conocí a muchas mujeres como Yoali la protagonista; y como Frank, el policía que se enamora de ella. Me topé con personas como La Coyote y El Gato, la narcotraficantes que intentan salvar a Elisito de una terrible suerte. Nunca conocí a alguien tan malvado como Guayo, pero sé que la maldad existe y que hay seres humanos capaces de tal inhumanidad, crueldad y violencia.