TALLERES SOBRE VIOLENCIA DOMESTICA
1 de marzo del 2014
Realidad: Una de cada cuatro mujeres sufrirá de violencia doméstica en algún momento de su vida. Cada año, una de cada tres mujeres que es asesinada, es víctima de su pareja actual o del pasado.
“Ahora cuando me miro en el espejo, siento que he cambiado, que soy otra persona. Me siento más confiada en mi misma. Ha mejorado enormemente mi auto-estima”.
Así dice Adela, una de las participantes de un taller para ayudar a mujeres que han sufrido de violencia doméstica y que se lleva a cabo en el área de Riverdale en Maryland.
Los talleres “Persiguiendo su sueño”, dirigidos por la facilitadora comunitaria Ana González llevaban muchas semanas de reuniones. En su primera etapa las mujeres lloraron sus penas, y sacaron todo lo que tenían dentro para compartirlo con las otras seis o siete participantes. Hablaron de su inseguridad, de sus miedos, de su dependencia poco saludable en sus parejas, todos problemas típicos de las víctimas de violencia en el hogar.
El taller al cual asistí yo había progresado a una segunda etapa. Bajo la dirección de Ana González, el grupo repasó el tema de la auto-estima: si ellas la tenían o no, si les había mejorado su auto-estima durante su participación en el taller. Todas estuvieron de acuerdo en que sí, les había aumentado.
Si bien mejorar la auto-estima es un paso importante para las mujeres que intentan recuperarse de la violencia doméstica, según Ana González, los talleres tienen un propósito a largo plazo más amplio:
“El objetivo es crear mujeres líderes. Me gustaría que estas mujeres eventualmente establecieran talleres propios, y que luego tomaran un paso más: que crearan una organización propia dedicada a la protección de la mujer”.
Ana González comenzó los talleres y los sigue realizando de voluntaria. Anteriormente trabajó en una labor similar en Casa de Maryland. Actualmente busca financiamiento para expandir su iniciativa. Dice que si bien las mujeres han crecido a través de su participación en los talleres, ella también ha aprendido mucho de ellas:
“Las mujeres que vienen acá han sufrido mucho pero también son muy fuertes. Admiro su capacidad para resolver sus problemas y seguir adelante. Son una inspiración para mí”.